Antes de cualquier operación, es necesario definir el plan
de cuentas, es decir, la lista estructurada que describe todas las cuentas que
se utilizarán.
En Europa, los números de cuentas deben seguir ciertas
normas.
Las cuentas se caracterizan por números (de uno a ocho dígitos). La
descripción puede tener 50 caracteres de largo.
Solo es posible borrar una
cuenta si no hay transacciones relacionadas con esta cuenta.